¿Malabares Culinarios&Dieta Mediterranea?  

martes, 5 de mayo de 2009





Titulares de prensa y distintos medios de comunicación no hacen más que impregnarnos de miedos que consciente o inconscientemente no hacen otra cosa que frenar el consumismo en el país. He podido escuchar críticas a la mismísima Princesa de Asturias por no apoyar la industria textil española repitiendo modelito en la visita del Primer Ministro Francés y su esposa. En respuesta a la actitud de la princesa y a la que mantienen conciente o inconcientemente otros muchos millones de habitantes, las pequeñas y medianas empresas de España, enloquecen en busca de la fórmula del éxito. Vender, vender y vender... Lo confieso. Por mi cabeza también han pasado distintas ideas para poner en juego. Muchos piensan que todo bajará de precio. Los restaurantes con menús a 6 euros proliferan, las tapas por un euro con bebida gratis invaden los bares de España. (En la península claro, aquí nos quedamos con las papas arrugadas o a medio arrugar con mojo bien hecho o a medio hacer). Claro que, cuando los españoles/as visitan los supermercados y llegan a casa trinando por el precio de la cesta de la compra...¿No somos concientes como consumidores del precio de los productos ? ¿Quién da duros a cuatro pesetas? ¿Cuánto cuesta comer en casa? Son algunas preguntas que nos harían dejar de lado bastantes de las ofertas gastronómicas que a diario encontramos. Menú a 6, 7 u 8 euros con bebidas e impuestos incluidos. Sin duda, propio del Mago de Oz, o del mismísimo David Coperfield.



La rutina del comer, y el comer como una necesidad básica, son factores que hacen que descuidemos en muchas ocasiones lo que comemos. Conozco muchos animales, que seleccionan más que algunos humanos lo que comen y lo que no. No haré críticas a la llamada comida basura. Habría que analizar más locales que la conocida marca de hamburguesas que ahora asalta tu mente. Hay mucha oferta de fast food, y no toda la oferta es de la mala calidad. Claro, la oferta se mantiene por una constante demanda de nuestra sociedad. No es malo ser consumidor de hamburguesas. Es malo convertirlo en hábito de consumo. Por tanto; menús diarios a precios asombrosos, fast food, bad food y otros términos a descubrir, nos ahogan. Simplemente invito a reflexionar. ¿Qué comemos?, ¿en qué cantidad? y ¿a qué precio?. Seguro que planteándonos alguno de éstos aspectos, seremos capaces de comenzar a elegir mejor lo que comemos. Así que...coherencia y buenos alimentos.

AddThis Social Bookmark Button
Email this post